Es la calle que antes recibía el nombre de Ancha del Barrio Curto,
paralela a las calles de Conde de Aranda y de Pignatelli. Desemboca en la plaza del Portillo,
donde se encuentra ubicado el monumento erigido en su memoria, y es el lugar donde se llevaron
a cabo los hechos que le dieron fama.
El apellido real de Agustina era Zaragoza y Doménech.
Nació en Barcelona en 1786 y vino a refugiarse a Zaragoza huyendo de los franceses. Fue
protagonista el 2 de julio en la defensa de la Puerta del Portillo al prender y disparar la mecha de
un cañón abandonada por el artillero.
El general Palafox le concedió el escudo de honor y fue
condecorada con las insignias de oficial de artillería. Murió en Ceuta el 29 de mayo de 1858,
trayéndose sus restos a Zaragoza el 14 de julio de 1870. Se depositaron en el templo del Pilar, y
posteriormente, en 1908, con la conmemoración del primer centenario se trasladaron a la iglesia
del Portillo junto a los de otras heroínas. Goya la inmortalizó junto a un cañón en uno de sus
grabados titulado ¡Qué valor! También lo hizo el pintor madrileño Eugenio Lucas Velázquez e
igualmente aparece en uno de los grabados realizados por Gálvez y Brambila.