Con anterioridad llamada de la Hilarza, se encuentra en el casco histórico de la ciudad, entre la avenida de Cesar Augusto y el paseo de María Agustín, recuerda con su designación los hechos acaecidos en ese entorno zaragozano.
Casta Álvarez nació en Orán (Argelia), en 1786, hija de labradores zaragozanos, aquí, en Zaragoza, era parroquiana de San Pablo.
Destacó durante las jornadas defensivas de la Puerta de Sancho y del Arrabal acompañando a los defensores armada con una bayoneta. Se fue a vivir a Cabañas de Ebro, donde se casó en 1814.
Le concedieron una pensión de cuatro reales diarios en 1815 y un escudo de honor, aunque murió, ya olvidada, en Cabañas de Ebro el 29 de abril de 1846. La Comisión Ejecutiva de la Real Junta del Centenario de los Sitios exhumó sus restos y los trajo a Zaragoza, que reposan en la iglesia del Portillo junto a las otras heroínas Manuela Sancho y Agustina de Aragón.
Es protagonista de uno de los grabados de Gálvez y Brambila en el que aparece con una bayoneta en
la mano. También el aragonés Marcelino de Unceta realizó un retrato de ella que se encuentra en
el Ayuntamiento de esta ciudad.